HOMILIA DOMINGO DEL
BUEN PASTOR – 21.04.2013
La liturgia de este domingo se centra en la
figura del Buen Pastor y de las relaciones que establece con sus ovejas. Se
trata de una figura que es muy familiar a los escritos del Antiguo y del Nuevo Testamento;
recordemos que la cultura de Israel giraba alrededor de las faenas del campo.
Veinte siglos después, los lectores tenemos dificultad para comprender el
alcance de este lenguaje, pues somos predominantemente urbanos, poco
familiarizados con la vida campesina.
• ¿Qué nos quiere decir el Señor hoy a través
de la sencilla imagen del pastor que cuida sus ovejas? Lo primero que
percibimos es que se trata de un lenguaje que nos habla de la cercanía entre la
comunidad de fe y el Señor.
¡Quien es Pastor¡ aquel que esta al frente de
una comunidad que busca llevarla a la
plenitud de la unidad (Cfr. Jn. 10, 30)y el pastor santificarse en ella, por
ella y para ella. Esto es lo que han hecho los santos: San Juan María Vianney,
el beato Marianito Eusse, La Madre Laura y Teresa y todos los demás.
Es lo que debemos hacer todos los sacerdotes:
hacer que la comunidad se mantenga unida, no a él, sino a Jesucristo buen
pastor. El sacerdote se santifica en la medida que entrega su vida por la
comunidad que se le encomienda.
Es lo que tiene que hacer los padres y madres
de familia: a esa pequeña comunidad, a ese pequeño rebaño que son sus hijos,
hacer de ellos una familia unida y santa.
Eso es lo que debe hacer una religiosa
superiora de una congregación o comunidad local: que sus religiosas estén
unidas y que a través de la vida comunitaria sean santas.
• Ni a la iglesia, ni a la familia, ni a la
comunidad religiosa, ni a la Diocesis podemos meterlas en organigramas. Tenemos
que dejar a un lado los modelos organizacionales propios de nuestra cultura,
donde los organigramas describen las autoridades personales y colegiadas de
gobierno, sus funciones, líneas de autoridad, etc. Aunque la Iglesia es una
estructura compleja, su naturaleza y su misión no caben en el formato de un
organigrama. Ella va más allá de todas las estructuras y formas
organizacionales, la Iglesia debe entenderse como comunidad de fe; y
esto se ilumina desde la sencilla imagen del Buen Pastor y su rebaño: el pastor
guía, protege, cura, busca las mejores condiciones para sus ovejas.
• Este lenguaje sencillo del Buen Pastor
también contiene unas orientaciones precisas respecto al estilo que debe
inspirar a los que lideran la Iglesia. El paradigma es la imagen del Buen
Pastor.
Se equivocan aquellos que asumen posiciones
de poder. Jesús espera que sus inmediatos colaboradores seamos auténticos
pastores y no displicentes funcionarios que atienden con desgano los servicios
que demandan los fieles. El sacerdote no es un poderoso en la parroquia, es un
servidor.
El Papa Francisco ha expresado con claridad y
firmeza el modelo de Iglesia que él quiere fortalecer: quiero una iglesia pobre
y para los pobres.
Hay que regresar a una Iglesia sencilla, que
camina junto a sus fieles y comparte sus angustias y esperanzas, que se
identifica con la causa de los pobres. Ha dicho: “quiero pastores que huelan a
oveja”.
• La imagen campesina del pastor nos trasmite
un mensaje de cercanía, calidez, compromiso: “ellas escuchan mi voz, yo las
conozco y ellas me siguen” (Jn. 10,27)
La imagen del rebaño nos transmite que
debemos estar asociados, solidarios, que debemos avanzar juntos, por eso el
PGDNE, de ahí que afirme el evangelio: “No perecerán para siempre, y nadie las
arrebatará
de mi mano…Mi Padre, que me las ha dado,
supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre” (Jn. 28-29)
• El rebaño es un cuerpo y el buen pastor es
su cabeza. La iglesia es el rebaño del señor y su señor Jesucristo es su cabeza
como buen pastor que tiene para su cuerpo – la iglesia- un verdadero regalo: yo
les doy la vida eterna.
Estas sencillas imágenes del pastor y su
rebaño nos ofrecen pistas muy ricas para la renovación de la Iglesia que busca
una mayor sencillez y cercanía para ser así un instrumento adecuado para llevar
a cabo la nueva evangelización.
Oremos por nuestros pastores…
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