domingo, 28 de octubre de 2012


SINTESIS DE ECLESIOLOGIA.
  «Iglesia» se deriva del griego oikia o ekklesia (lo perteneciente al Señor) a través del latín ecclesia,  para traducir el hebreo jahal (asamblea). Y esta en relacion con el pueblo de la alianza de Israel convocado y reunido en virtud de la elección gratuita de Dios (Jue 20,2; IRe 8,14-22.25; Núm 20,4; Sal 22,33; 40,10; cf. IPe 2,20s.). En la nueva alianza, la Iglesia es el pueblo de Dios diseminado por toda la tierra y a la vez es la casa de Dios. La Iglesia ha sido fundada por Jesucristo y edificada por el Espíritu Santo para establecer una conexión entre la autocomunicación escatológica de Dios y la revelación de su esencia en la comunión del Padre, del Hijo y de la efusión escatológica del Espíritu Santo (Rom 5,5; 8,15; Gal 4,6; Jn 16,13; Ap 22,17). ella  presenta varias dimensiones: historicosalvífica; comunitaria empíricamente perceptible, fundamenta en la obra salvífica de Jesucristo; y la dimensión pneumatológica  basada en la efusión del Espíritu Santo y se hace instrumento de la voluntad salvífica universal de Dios que se va concretando e implantando en el curso de la historia.

I. TEMAS Y PERSPECTIVAS DE LA ECLESIOLOGÍ A
1.  La Iglesia como tema de la confesión de fe:
la iglesia es sujeto de la fe: «Creo/creemos...», y a la vez contenido de la fe en Dios y en su acción salvífica: «... y en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica...» ( DH 150; DHR 86).La Iglesia no cree en sí misma. Cree en Dios, y se entiende en la fe como fruto de la voluntad salvífica de Dios que actúa en la historia.
2. Temas concretos y principales documentos doctrinales de la eclesiología
La necesidad de la Iglesia para la salvación. Están aquí implicados todos los problemas relativos a la incorporación a la Iglesia( DH 802,1351 y otros; DHR 430,714); La fundación de la Iglesia por el Jesús histórico ( DH 3407,3456; DHR 2052-2056); La potestad de la Iglesia de perdonar todos los pecados; La autoridad del magisterio para interpretar la Sagrada Escritura y la misión de la Iglesia de ser custodia y guardiana del depósito de la revelación (DH 1507; DHR 786); La pertenencia de los pecadores a la Iglesia visible contra Wyclif y contra Juan Hus; La constitución sacramental de la Iglesia y la existencia del sacerdocio en virtud de la misión divina ( DH 1763-1778; DHR 957-968);La independencia y la libertad de la Iglesia frente al Estado (DH 2281-2285; 2592-2597,2603,941-946,3165-3169 );El primado y la infalibilidad de la Iglesia romana (DH 2592-2597; 2600-2615 ).
A partir del siglo XIX aparecen ya documentos doctrinales que, rebasando los aspectos parciales, bosquejan el cuadro de la Iglesia en su conjunto:
El I concilio Vaticano, en la constitución dogmática Pastor aeternus;  las  enciclicas Satis cognitum Divinum illud munus del papa León XIII;  las encíclicas Mystici corporis  y Mediator Dei del papa Pío XII; la constitución dogmática Lumen gentium  y la constitución pastoral Gaudlum et spes sobre la Iglesia en el mundo actual del II concilio vaticano; l los documentos de as conferencias episcopales de Medellín (1968), Puebla (1979) y Santo Domingo (1992) en America latina, y finalmente la declaración de la Congregación de la fe Mysterium ecclesiae .
3. Síntesis de las principales declaraciones doctrinales
a) El origen de la Iglesia en la voluntad salvífica del Dios trino
En la elección de Israel como pueblo de la alianza se ha revelado la voluntad salvífica de Dios Padre. Jesucristo,  forma un nuevo pueblo de Dios como «pueblo de la alianza en la sangre de Cristo» (Act 20,28), por tanto la Iglesia es la comunidad visible, perteneciente al Señor, de hombres unidos en la fe, en los sacramentos y en la constitución eclesial concreta, una comunidad llamada a ser señal e instrumento de la implantación de la voluntad salvífica divina. El Espíritu,  como su alma, convierte a la Iglesia en señal de su presencia escatológica  y la sustenta en la martyria, la leiturgia y la diakonia.

b) La esencia sacramental de la Iglesia
La Iglesia es «en Cristo sacramento, señal e instrumento de la voluntad salvífica universal de Dios». es la señal eficaz de la comunión invisible de los hombres con Dios y entre si.  Esta comunidad tiene su máxima condensación en la celebración de la eucaristía (LG 11; SC 10).
c) Características esenciales derivadas de la sacramentalidad de la Iglesia
De la esencia sacramental de la Iglesia se deduce su indefectibilidad (indestructibilidad) como sociedad visible y como comunión invisible de la gracia (LG 39). Esta  indefectibilidad se da en sus tres realizaciones básicas: En la martyria, en sus decisiones y proclamaciónes el Espíritu Santo garantiza que sus enseñanzas están exentas de error; en la leiturgia, en virtud de la eficacia objetiva de los sacramentos (ex opere  operato); y en la diakonia como realización del amor a Dios en el amor al prójimo ( Mt 25).
d) Las notas de la Iglesia
La unidad/unicidad.La unidad se produce en la forma de communio de las Iglesias locales bajo la dirección de sus obispos. Esta se lleva a cabo en la comunión de la fe, de los sacramentos y de la constitución eclesial (concilio, sínodos, papado). La unidad es un don antecedente de la gracia divina, de lo cual  se sigue la tarea de hacerla más  creal y cognocible en sus manifestaciones externas (movimiento ecumenico. LG 8.)  
La santidad  es a un mismo tiempo don y tarea. La Iglesia, como obra de Dios, es santa tanto en su esencia y en sus acciones como en sus miembros, en cuanto que en ella se expresa el Santo y Santificador que quiere actuar eficazmente a través de ella para salvar y santificar a los hombres. Los pecadores forman parte de la Iglesia visible (DH 1201,1203,1205, 1221, 2408,2463, 2472-2478, 3808), sin que por ello eliminen su santidad, porque ésta consiste en la permanente ocupación y dedicación al servicio de la salvación.
La catolicidad.  se sigue de la voluntad salvífica universal de Dios  en dos  formas: cuantitativa en cuanto que todos los hombres están llamados a la comunión de vida con Dios mediante su pertenencia a la Iglesia sin ningún tipo de limitaciones; cualitativa, en cuanto que Dios ha confiado a su Iglesia la plenitud de la verdad de la autorrevelación, dotandola de todos los medios salvíficos necesarios para el desempeño de su misión  (LG 8).
La apostolicidad.  La Iglesia, se identifica realmente con la Iglesia de todos los tiempos y lugares pero de una manera especial con su origen histórico en la protoiglesia de los «apóstoles», es decir, del círculo pre y postpascual de los Doce, de los restantes testigos de la resurrección y de los más destacados misioneros de los primeros tiempos cristianos.  Su señal eficaz esta en los obispos y el colegio apostolico ( LG 20). El obispo de Roma es, por su condición de sucesor del apóstol Pedro, cabeza del colegio de los obispos y principio y fundamento de su unidad en la doctrina y en la comunión  (LG 18).También el apostolado de los laicos (LG 33) es una realización inmediata de la esencia apostólica de la Iglesia. Esta participación originaria en la misión universal de la Iglesia apostólica  se fundamenta en el bautismo y en la confirmación.
e) La necesidad de la Iglesia peregrina para la salvación (Pertenencia a la Iglesia).
La afiliación o pertenencia a la Iglesia visible es necesaria para la salvación del hombre (LG 14; AG 7), porque la Iglesia no es una asociación religiosa privada, sino instrumento de la voluntad salvífica histórico-escatológica de Dios, que abarca a todos los hombres. La necesidad de la Iglesia se deriva del mandato de Cristo y de su voluntad de convertirla en medio para la salvación. «Para conseguir la salvación eterna no siempre se exige estar realmente (reap-se) incorporado como miembro a la Iglesia, aunque sí es necesario adherirse a ella al menos por el deseo (votum fidei)» (DH 3866-3873). Visto desde cada ser humano concreto, la necesidad instrumental de la Iglesia para la salvación actúa condicionalmente: «No podrían salvarse quienes, sabiendo que la Iglesia católica fue instituida por Jesucristo como necesaria, desdeñaran entrar o no quisieran permanecer en ella» (LG 14).
f) Historicidad y escatología de la Iglesia
 No puede escindirse a la Iglesia en una comunidad espiritual e invisible de ideales internos por un lado y una Iglesia real, externa e institucional por el otro. La Iglesia visible es la señal indefectible a través de la cual se transmite el contenido invisible,  la comunión por gracia con Dios, y se lleva a cumplimiento bajo las condiciones temporales y sociales de la experiencia humana. En su forma sacramental e institucional la Iglesia es «parte de este mundo que pasa» (LG 48) pero por ser  instrumento de la salvación llegará su fin y desaparecerá con la parusía,Pero seguirá existiendo como fruto de la salvación, de la comunión eterna con Dios y de los hombres entre sí (LG 1). Está Iglesia peregrina de la tierra está unida en la fe y en el amor con la Iglesia perfecta y consumada del cielo en la única communio sanctorum. Sus tres dimensiones, a saber, la doliente, la militante/peregrina y la triunfante, están unidas por el mediador único, Cristo( LG 20).
g) La constitución carismático-sacramental de la Iglesia
Uno de los elementos constitutivos de la estructura de la Iglesia es el ministerio carismático-sacramental o la jerarquía eclesiástica que,  se compone,  de un solo obispo,  el presbiterado y los  diáconos (LG 18-29). En el nombre y con la autoridad de Cristo,  los obispos, son los servidores de la unión sacramental de la Iglesia y los titulares de la proclamación pública del evangelio. En el ejercicio autónomo del ministerio profético, sacerdotal y regio de Cristo son representantes, aunque no titulares exclusivos, de la misión universal de la Iglesia.

h) La tipología mariana de la Iglesia
 En cuanto pueblo de la alianza la Iglesia es, en cierto sentido, como una persona,  «Sois uno en Cristo»(Gal 3,18), que escucha la palabra de Dios y es enviada a proclamar el evangelio. La Iglesia como virgen, esposa y  madre tiene su más perfecta representación en la mujer María, la hija de Dios Padre, madre del Hijo y templo del Espíritu. Por ella en el misterio de la asuncion, ha llegado ya la Iglesia a su plena consumación (LG 65),. Maria  expresa y personifica el origen trinitario de la Iglesia .
4. Temas actuales
La actual situación de la historia de las ideas y de la cultura plantean a la reflexión teológica sistemática una serie de retos concretos sobre temas específicos de la fe cristiana en general y sobre la esencia de la Iglesia en particular.los mas significativos son:
a) La Iglesia como testigo de la trascendencia uen un mundo secularizado. La Iglesia debe ser entendida como testigo de la referencia trascendental del hombre a Dios y como intérprete de la búsqueda humana de la verdad (GS 10,22).
b) se postula una reflexión más profunda sobre la interconexión entre la voluntad salvífica universal de Dios y la intransferible misión eclesial por un lado y la función salvífica que, por otro lado, pueden desempeñar las comunidades religiosas no cristianas.

c) Catolicidad e inculturación., proppio las Iglesias de África, América Latina y Asia.

d) El objetivo ecuménico del restablecimiento de la unidad de todos los cristianos. Esta división es piedra de escándalo para la causa de la difusión del evangelio .

e) La realización práctica de la eclesiología-comunión.  fomentar una mentalidad práctica que nos enseñe a ver bajo nueva luz la originaria unidad sacramental entre la sociedad externa y la comunión de gracia interna, entre los carismas y los servicios y ministerios sacramentales, entre el clero y los laicos.

II. LA IGLESIA EN EL TESTIMONIO BÍBLICO
1. El pueblo elegido de la alianza como instrumento de la voluntad salvífica de Yahvéh.
a) Origen y esencia de Israel como pueblo de la alianza
 El hecho de que Yahvéh se haya creado un pueblo (bara) es fruto inmediato de su voluntad salvífica, que se lleva a cabo mediante una revelación histórica. La promesa de una alianza universal (Gen 9,9) se concreta en la elección y vocación de Abraham (Gen 12,3; 17,5; Rom 4,1.7; Gal 3,7).s asimismo el destinatario de las acciones redentoras, liberadoras y vivificadoras de Yahvéh se convierte,  en oyente y testigo obediente de la autopromesa de Dios como salvación del hombre.
La relación de alianza de Yahvéh con Israel se da en tres características esenciales: Israel es propiedad de Dios: (Dt 4,37).  La existencia de Israel es en misma proclamación del amor providente de Dios (Dt 7,6; Ex 3,14); Israel es socio de la alianza de Dios: La elección por Dios le da un papel activo. La única respuesta que el pueblo puede dar al ofrecimiento de la alianza es la inclinación de su corazón a Dios (Jer 31,31-34); Israel es el santuario de Dios (templo, edificio, casa, reino de sacerdotes). Como titular, testigo y destinataria, la comunidad de fe de Israel es, sobre todo en la asamblea cúltica, el lugar y el medio de la presencia salvífica de Dios.  La Iglesia de Cristo ha surgido de la dinámica de la acción salvífica histórica de Yahvéh. Es el resultado, históricamente perceptible, de su autorrevelación en la Palabra y el Espíritu.

b) El servicio de mediación de Israel
Israel es interpelado y elegido por Dios como representante de todos los pueblos Y a la inversa, desempeña una función activa de representación de todos ellos ante Dios. Lleva a cabo este servicio de mediación:1. Como pueblo de la salvación regio(Dan 7,13; Is 53,3); 2. Como pueblo mediador de la salvación profético, por ser  «mensajero de la alianza enviado por Dios» (Mal 3,1),  El mediador profético es receptor de la revelación; 3. Como pueblo mediador de la salvación sacerdotal (Ex 19,5; Lev 19,8). Israel es, en fin, el pueblo santo, separado, que realiza un ministerio sacerdotal.
c) El pueblo de Dios como cuasi-persona y el mediador individual de la salvación como su representante.
Israel mantiene, una relación de amistad personal y dialogal con Dios, representada en Moisés, el mediador de la alianza, y en el profeta esperado, que surgirá de en medio del pueblo (Dt 18,15). La Iglesia de Cristo se convierte en instrumento y señal de la voluntad salvífica de Dios que se lleva a cabo y se implanta bajo formas escatológicas. Por medio de su misión y en su comunión interna, enCristo se hace la mediadora de la voluntad salvífica universal de Dios frente a los pueblos de todo el mundo hasta la consumación en la nueva venida de Cristo.
2. La Iglesia del Hijo de Dios: El pueblo de Dios en la Nueva Alianza
a) La comunidad de los discípulos de Jesús primera sintesis de la Iglesia.
... también puede conocerse a la Iglesia como misterio de la fe en el hecho de que el Señor resucitado establece por sí mismo la conexión entre la comunidad prespacual de los discípulos y la comunidad de fe pospascual.
La «Iglesia de Dios» (ICor 15,9) se apoya en el testimonio de Pedro Cefas (Me 1.16: 3,16; Mt 4,18; Jn 1,42), de los Doce y de los demas discipulos. Por la resurreccion la comunidad de los discípulos recibe una configuración nueva y queda constituida como comunidad de la confesión y del testimonio, de la proclamación y la misión. La tarea  consiste en ser el pueblo de Dios en el que se ha hecho ya realidad el reino de Dios,  por medio del cual ejerce Cristo su misión universal y su ministerio de mediador de la salvación. La Iglesia, es la síntesis de la acción divina que elige y de la obediencia humana, de la revelación divina, el testimonio humano y la confesión de fe.  La Iglesia de Cristo se entiende a sí misma, como el resultado visible de la voluntad salvífica universal de Dios. Es comunión-comunidad de confesión y de vida de los discípulos y, en cuanto tal, señal e instrumento de la voluntad salvífica de Dios. de lo anterior se sigue que solo es posible entender a la  Iglesia en el horizonte de la fe de Israel y de la actividad mesianica de Jesus. 
b) La nueva constitución del pueblo de Dios en virtud de la elección de Jesús.

Jesús no fundó una nueva religión ni creó, junto a Israel, otro pueblo de la alianza. En la eleccion de los discipulos, Jesus anticipaba el pleno restablecimiento cuantitativo y cualitativo y la nueva creación del pueblo de Dios escatológico. Este grupo es la célula germinal del nuevo pueblo de Dios, que se da a conocer, en la cruz y la resurrección de Jesús, bajo su forma escatológica.
La transición de la misión historicosalvífica desde Israel al horizonte de los pueblos tuvo su origen concreto en la negativa de los dirigentes y representantes del rueblo de Israel a aceptar el ministerio de mediador salvífico de Cristo (cf. Rom 11.11).  desde allì, Jesús, en su propia persona es el origen de la unidad de todos los pueblos.

c) La revelación del misterio de la Iglesia en la resurrección de Jesús y el envío del Espíritu
Con el acto de la resurrección Jesús, instituido como mediador del reino de Dios (Rom l,3s.; 8,11; ICor 15.28) ha fundado, con la entrega de su vida en la cruz, la «alianza nueva» i ICor 11,25) en su sangre (Me 14,24). El es el autor inmediato del ser del nuevo pueblo de Dios compuesto de numerosos pueblos, por lo tanto, La Iglesia  es también la señal de la voluntad salvífica escatológica para los pueblos. La entrada en la comunidad del pueblo de Dios se consigue en el sacramento del bautismo.La vida toda de este pueblo de Dios está sustentada por el Espíritu.  (Jn 20,21-23; Mt 18,18).Su esencia y  misión está determinada por la autoapertura del Dios trino en la historia, de la que la ella da testimonio. La Iglesia existirá hasta la consumación del universo  de acuerdo con la promesa de la presencia del Señor exaltado y la eficacia permanente del Espíritu Santo (cf. Act 20,28; Gal 4,4-6; Mt 28,20; Jn 20,22s.; Ef 1,23; Col 1,18 ).
3. Puntos de partida neotestamentarios para la eclesiología

A) La Iglesia en la teología paulina
 la Iglesia surge del misterio del proyecto salvífico eterno de Dios, Instituida por la sangre de Cristo y compuesta de judíos y paganos, es testigo de la voluntad salvífica de Dios que ha irrumpido eficazmente en la historia. Ha sido edificada como  templo del Espíritu (Ef 2,18).  Se ha hecho un solo cuerpo y un solo espíritu con Cristo configurado plenamente en la Eucaristia (1Cor 10,17). Esta  comunidad salvífica, única y universal existe en las Iglesias locales y en las comunidades domésticas o familiares (Rom 16,5; ICor 16,19) unidos por el bautismo, la confesión y la cena del Señor.
El auténtico concepto paulino de la ekklesia del Señor es el de cuerpo de Cristo. Cuerpo  que significa: 1. la existencia corporal terrena de Jesús; 2. la presencia sacramental de la humanidad del Señor exaltado bajo las especies del pan y el vino en la cena del Señor; 3. la comunión de vida de los fieles con Jesucristo, cabeza de la Iglesia, y la de los creyentes entre sí derivada de aquélla (ICor 10,16;ICor 12,27). Su vida se desarrolla como constante ahondamiento de la comunión con Cristo (Ef 4.4-16; Ef.5,25). Justamente como cuerpo de Cristo, la Iglesia está henchida del Espíritu Santo, que es el origen dinámico de la mesianidad de Jesús y con cuyo poder fue resucitado Cristo por el Padre (cf. Le 3,22; Rom 8,9-11). En este sentido, la Iglesia es , templo del Espíritu Santo (IPe 2,5). El como principio vital desempeña todas las funciones, servicios, ministerios y carismas a través de los cuales se edifica la Iglesia como cuerpo de Cristo (Rom 8,1; 12,11; 15,16; ICor 6,11; 12,4.11; 2Cor 1,22; 3,3.6; Gal 3,1: 5,6ss.; ITes 1,5; Ef 1,13; 2,17; 3,3; 5,18). Es el bautismo el que convierte a cada cristiano en un miembro del cuerpo de Cristo para servirle con sus dones y carismas, y es la imposicion de manos y la oracion  la que dispone para  ministerio de dirección y los cuidados pastorales que competen a los epíscopos/presbíteros (1Tim 5.5: 4,14; 5,17.22; 2Tim 1,6; Tit 1,5; 1Pe 5,1-4; Act 14,23; 20,28).Tambien Pablo en sus cartas pastorales nos prporciiona el fundamento apostolico de la Iglesia, para lo cual afirma que La Iglesia del Dios vivo» es «columna y fundamento de la verdad» (ITim 3,15), está al servicio del testimonio y de la proclamación de la voluntad salvífica universal de Dios(ITim 2,4), en el Espíritu Santo (ITim 3,16). El carisma otorgado mediante la imposición de las manos del presbiterio (ITim 4,12; 2Tim 1,16; cf. Act 14,23; 20,28) confiere la participación en la autoridad apostólica como «heraldo y apóstol (ITim 2,7; 2Tim 1,11; 4,17). Estos epíscopos/presbíteros de la comunidad, «gobiernan la Iglesia de Dios», por lo cual tienen potestad sobre todos los restantes miembros de la comunidad (ITim 5,7.17). Esta forma y esta imagen surgió como consecuencia interna de la esencia teológica de la Iglesia. Asi surgen en la Iglesia los ministerios de los epíscopos/presbíteros y de los diáconos. Pablo en las Iglesia locales habla de la presencia de un solo obispo, el cual no elimina la constitución colegiada del ministerio, más bien, encarna el principio de la unidad de la Iglesia y del presbiterio, y su autoridad sirve para la realización de la Iglesia como comunión en el amor
B) La Iglesia como comunidad fraterna de los discípulos de Jesús (Juan)
la Iglesia en los escritos Joaneos se presenta como el espacio del verdadero discipulado que está unido en la fe, el bautismo y la eucaristía con Jesucristo en  comunión con el Padre y el Espíritu en el amor.  Esta Iglesia sirve a los hombres mediante el testimonio y la proclamación (Jn 14,23.26; 16,14; 17,22; Un 1,3; 4,13). El discipulado brota como comunidad de fe y de amor en virtud de la entrega de la vida de Jesús a su Padre, participación en la vida de Dios en el amor,  accion que se esclarece e ilustra mediante la gran imagen de Jesús como viña verdadera y los discípulos como sarmientos.  Este no sólo consiste en ser testigos en obras y palabras de la entrega de Jesús, sino también  en la disposición a aceptar sobre sí la persecución y la muerte (Jn 15,16-27). Esta comunidad  es universal y los une el bautismo y la eucaristía y la practica del mandamiento del amor (Jn 19,34).La Iglesia es una comunidad visible fundada y unida en el amor «de obra y de verdad» que lleva la disposición de entregar la propia vida «por los hermanos» (Jn 3,18).
C) El pueblo de Dios sacerdotal (Primera Carta de Pedro)
La Iglesia fruto de la obra salvífica de Dios trino  en  su esencia interna objeto de la fe (1Pe 1,2) que ha surgido en virtud de las acciones de los profetas y los apóstoles, que han difundido el evangelio con el poder del divino Espíritu (IPe 1,12). En Cristo ejerce la Iglesia su esencia y su misión (1Pe 2,9s.; Ex 19.5s.). En la Iglesia, pueblo y casa de Dios (IPe 4,17), cada uno está al servicio de los demás y colabora en la edificación del conjunto mediante los múltiples dones y carismas (1Pe 4,11).   Pedro entiende a los presbíteros de la comunidad como pastores que  cuidan, de modo episcopal, de la grey de Dios, son modelos de la comunidad y deben ejercer fielmente su ministerio con la mirada puesta en la manifestación del «jefe de los pas­tores» (1Pe 5,4; 2,25).
D) El pueblo de Dios peregrino (Carta a los hebreos)
partiendo del hecho de que Cristo es el sumo sacerdote, la Iglesia es la casa y pueblo de Dios (10,21;4,9; 10,30; 11,35). Es la hermandad de los santificados en el nombre de Jesús (2,17). En Cristo, el creyente ha recibido, de una vez para siempre, la  participación en el Espíritu (Heb 6,4) y ha sido llevado para siempre a la plenitud (10,14).  Es justamente en medio de la tensión entre la venida definitiva de Dios y el camino todavía abierto de la comunidad hacia la consumación última, cuando se requiere,  la perseverancia y la paciencia a ejemplo de los creyentes del pasado, con la mirada puesta en Cristo (Heb 11,40). El autor de la carta a los Hebreos  abre  una perspectiva que abarca el pasado, el presente y el futuro del pueblo de Dios en la tierra y en el cielo y enseña a contemplar a la Iglesia como comunidad salvífica escatológica (Heb 12,22-24;13,17).
E) La Iglesia militante y la Iglesia triunfante (Apocalipsis de Juan)
  la Iglesia  es la comunidad regia y sacerdotal que Cristo, «el Cordero», ha adquirido para Dios en virtud de la entrega de su propia vida (Ap l,5s.; 5,10; 20,6). Esta reconoce el reino de Dios y le sirve con la palabra de la proclamación, con el testimonio y con su disposición a los padecimientos. Con la entrega de Cristo se ha iniciado ya la victoria escatológica de Dios y se la puede experimentar en medio de los padecimientos y las persecuciones de los «santos». Con el reinado pleno de Crito, la Iglesia  llega a su fin  como instrumento de salvación, pero permanece como su fruto (Ap 22,4).

4. Síntesis de las principales declaraciones bíblicas sobre la Iglesia

La Iglesia es una comunidad visible de personas unidas en la confesión de fe. en la vida litúrgica y en la autoridad de los primeros apóstoles. es la señal establecida por Dios y el instrumento de su voluntad salvífica universal. Al representar  la voluntad salvífica universal de Dios, es en sí misma universal. Y por ella y en ella desempeña el Señor su misión salvífica universal.  Esta comunidad  es edificada por el Espíritu en los dones, servicios y ministerios carismáticos. Su figura ministerial postapostólica  en la forma básica de epíscopos/presbíteros y diáconos tiene su punto de apoyo histórico en el apostolado de la primera época y en los ministerios comunitarios y supracomunitarios surgidos del apostolado. Su unidad y responsabilidad  universal se da en el primado de Pedro (Mt 16,16-19; Le 22,32; Act 2,32; 10,37-43; 15,8;Jn 21,15-17).



III. CUESTIONES SELECTAS DE LA HISTORIA DE LA TEOLOGÍA

1. Las perspectivas de la Patrística

 los Padres de la Iglesia  aportaron algunas contribuciones básicas para la comprensión de la naturaleza, la misión y la forma de la Iglesia. pusieron todo su empeño en conservar con fidelidad la herencia de los apóstoles en la «Iglesia católica» (Mart. Pol 8,1), la cual   existe en las Iglesias locales, unidas entre sí en la comunión de la fe, de la vida sacramental y de la misión apostólica de los obispos. Ignacio es el primer autor que define al conjunto total de las comunidades como «Iglesia católica».  Esta  es fruto de la predicación apostólica y por tanto tiene la misión de transmitir con fidelidad las enseñanzas de los apóstoles y preservar la communio de todos los cristianos en la fe y el amor. Ireneo de Lyon,Justino y Egesipo presentaba a la Iglesia católica como norma y criterio de la transmisión fiel de la revelación del Dios trino. La Iglesia, según Ireneo, enseña por mandato de Cristo y a través de sus enseñanzas habla Jesucristo mismo. Subrayaba que puede identificarse a la verdadera Iglesia con la comunión de las comunidades que se encuentran en la «sucesión apostólica de todas las Iglesias». Ofrece un criterio de singular validez para la communio universal de la Iglesia la coincidencia con la «tradición apostólica y la proclamación de la fe de la mayor, la más antigua y la más renombrada Iglesia, fundada y edificada en Roma. En la unidad de la confesión y de la vida sacramental  y a través del episcopado se hace visible y perceptible su unidad (haer. 111,3,3).
en su teología los Padres recurrieron a diversas imágenes bíblicas que aplicaron, tipológica y alegóricamente, a la naturaleza de la Iglesia: virgen e hija de Sión; es la esposa de Cristo, madre, nueva Eva, arca de salvación, la barca de Pedro, la grey de Dios, su viña, el paraiso, la túnica de Cristo, la paloma.
En las controversias con el montanismo,  y la mirada puesta en todos cuantos habían abandonado la única Iglesia, Cipriano de Cartago afirmó la unión entre el Espíritu y la Iglesia y acuñó el axioma de la necesidad de pertenecer a la Iglesia para salvarse (ep. 73,21), “Pues nadie puede tener a Dios por padre si no tiene a la Iglesia por madre” (unit. eccl. 6: cf. Ambrosio, in Lúe. 5,92). entendía la Iglesia como el sacramentum unitatis et charitatis (unit. eccl. 4; 7; ep. 69,6). Al estar constituida la Iglesia, desde Cristo, una comunidad viviente, se realiza como una formación socialmente ordenada. Su communio  estaría enraizada en el hecho de que participa de la unidad del Dios trino, y unida, sería a su vez señal de la unión y de la unidad del mundo (unit. eccl. 6).

 Al abordar el  ordo ecclesiasticus sacramental, los Padres,  afirman que este  se compone  de un (solo) obispo, los presbíteros y de un cierto número de diáconos. El episcopado, es único en su origen, porque su punto de partida es el primado concedido al apóstol Pedro (ep. 55,24; 68,4.8; unit. eccl. 4 ;Mt 16,18); 18,18). Cada uno de los obispos representa a la Iglesia católica, aunque siempre en comunión con todos los restantes.La unión sacramental de la comunión con Dios y de los creyentes entre sí se realizaría en la persona del obispo: «El obispo está en la Iglesia y la Iglesia en el obispo y quien no está con el obispo no está con la Iglesia» (ep. 66,8). De donde se sigue, a modo de definición: la Iglesia es el pueblo de Dios unido con el obispo, es la grey unida con su pastor. Es la hermandad agrupada alrededor del obispo, por él dirigida e instruida en el evangelio. A la Iglesia de Roma se le ha confiado la cathedra, el obispo romano representa la unión y la comunión de la Iglesia católica y de los obispos. Su función es  ser señal y fundamento de la unidad católica en la fe. Esta conciencia de unidad tuvo también su expresión concreta en los sínodos y concilios, primero locales y más tarde ecuménicos,  en los que la Iglesia cuenta con el  don de la infalibilidad en la explicitación de la fe y el servicio a la verdad. Pero la Iglesia visible no solo se circunscribe en modo alguno al clero; ella  es el pueblo de Dios en el conjunto total de los creyentes como congregatio fidelium (Cipriano, ep. 63,13) o como communio sanctorum y se mantienen a la vez en comunión personal con todos sus  miembros  DH 19; DHR 3).
 Los Padres desarrollaron el tema de la «Iglesia» casi siempre desde la vertiente espiritual y con la atención centrada en su esencia y su misión.  Han concebido a la Iglesia como una koinonia sacramental. La Iglesia es el misterio, instituido por Dios, de la unión de los hombres con Dios y entre sí. Esta unidad de la Iglesia, causada por el Espíritu Santo, se lleva a cabo en la unión de la confesión de fe, del amor fraterno, de la comunión sacramental y de la unidad en la dirección del episcopado.
2. La Iglesia en san Agustín

La Iglesia, como cuerpo de Cristo, forma, con su cabeza, una especie de unión personal  no «una cosa»,  Cristo y la Iglesia son la cabeza y el cuerpo del unus et totus Christus. El Espíritu del amor produce, a través de los sacramentos del bautismo y —sobre todo— de la eucaristía, la unión por la gracia y edifica así a la Iglesia para que sea communio caritatis y corpus Christi. Agustín se opuso frontalmente al donatismo. insiste en que la Iglesia visible es siempre una ecclesia mixta de santos y pecadores. Al exponer la relación de la Iglesia como comunión de gracia por un lado y como sociedad visible y sacramentalmente constituida por otro, consiguió evitar los dos extremos: Ni la Iglesia es la comunidad de sólo los justificados, ni tampoco la única Iglesia está escindida en dos realidades distintas, en una Iglesia espiritual y pura y en otra visible e impura. Pues muy bien entendia  quelLos pecadores pertenecen a la Iglesia numero, non mérito.Tambien  rechaza la posición donatista según la cual sólo los sacerdotes que viven en unidad plena con la Iglesia administran válidamente los sacramentos; Cnsto en efecto, ha vinculado la transmisión sacramental de la gracia a la potestas, no a la santidad personal. Para el los sacramentos recibidos y administrados fuera de la Iglesia no carecen de validez, aunque les falta la eficacia plena cuando existe una oposición consciente contra la Igiesia,  pues el Espíritu Santo desea transmitir la gracia a través de la unión de la communio et sacíetas sanctorum (serm. 295,2).

 Respecto de la relación entre la Iglesia visible y la invisible Agustin afirma: “algunos de los que están dentro, se encuentran realmente fuera a causa de su falta de fe o de su vida depravada; y muchos de los que, sin culpa por su parte, bona fide, están fuera, por haber nacido en comunidades cristianas heréticas o cismáticas o porque han sido injustamente excomulgados,  estos pertenecen a la Iglesia como comunidad invisible de la gracia (bapt. 5,38).
En su controversia con el pelagianismo entiende a la Iglesia como el numeras praedesti natorum. Pero para él la predestinación no es un decreto pretemporal de Dios que no tiene nada que ver con la oferta histórica de la gracia en la predicación, el bautismo y la eucaristía. La Iglesia visible se compone de los hombres efectivamente elegidos para la salvación.  La cathedra Petri de Roma ejerce una importante  en función de orientación en favor de la unidad de la Iglesia católica . Pero el primado de la cátedra apostólica, no implica una instancia doctrinal independiente y superior a los concilios,  de la autoridad canónica y jurisdiccional. Es a los concilios universales de la Iglesia católica a quienes compete originariamente  la autoridad doctrinal apostólica.
3. La eclesiología de la Edad Media
La eclesiologia del Medioevo sufrio la contraposición entre la Iglesia como comunión de los santos por un lado y la estructura social visible de la Iglesia sacramental y jerárquica por otro, a la vez que estaba condicionada por la evolución social, donde se pasaba por alto o incluso se borraba la distinción entre la Iglesia y la sociedad/Estado. El Imperio Romano había abrazado el cristianismo y  los mismos reinos francos y germanos se asentaban sobre bases cristianas. La tensión entre la jerarquía y el laicado y los debates en torno a las competencias de los príncipes y del emperador para dirigir la sociedad y la Iglesia alcanzaron su punto álgido en la controversia de las investiduras, suscitada por el tema ael derecho de nombramiento de los obispos. En esta epoca se produjo una cierta acentuación de los aspectos jurídicos, lo que implicaba una fuerte insistencia en la dimensión visible de la Iglesia. Posteriormente en el contexto del cisma de Occidente (1378-1417), de las discusiones conciliaristas en torno a la superioridad del concilio sobre el papa  y del clamor universal por una reforma de la Iglesia en la cabeza y en los miembros, se fue creando, en la Baja Edad Media, un potencial conflictivo que trastornó no sólo a la Iglesia, sino a las concepciones eclesiológicas tradicionales.
Dentro de la iglesia empezaron a darse iniciativas en contra, de las más diversas tendencias. La reforma cluniacense no significó tan sólo una renovación espiritual de la Iglesia de Occidente, sino que consolidó a la vez la firme y perseverante conciencia en sí del papado que corría  el peligro de mundanizarse; Mientras que el gran movimiento de las órdenes mendicantes se opuzo  con su estilo de vida frente a todas las apetencias de poder y riqueza; de otro lado algunos movimientos  fuera de la Iglesia insistieron en la idea de la ecclesia spiritualis.  Posteriormente, ejerció,  una gran influencia la tradición  de una eclesiología teológica. Se fue así configurando  el tratado De Christo capite (Pedro Lombardo, Sent. III, a. 13).  que  presentaba a la Iglesia como «el cuerpo de Cristo en los numerosos miembros» y se la denominaba corpas Christi mysticum. Se afirmó  la identidad del papa  como el representante o vicario de Cristo en la tierra, contenido que desborda la concepción paleoeclesial, que entendía que todos y cada uno de los obispos y de los presbíteros son vicarias Christi.
4. La concepción de la Iglesia en Lutero y Calvino

Lutero define a la Iglesia como comunidad de los creyentes y como cuerpo de Cristo, edificado y guiado por la palabra de Cristo y por el Espíritu. La Iglesia surge siempre nuevamente de la Palabra y del Espíritu de Dios. Es una creatura verbi. Es la palabra la que reúne, conserva y edifica a la Iglesia. De ahí que se diga que la Iglesia es «el santo y cristiano pueblo de Dios en la palabra». Pueblo de Dios y Palabra de Dios forman una unidad indisoluble. Como realidad espiritual que se mueve en el campo de tensión de palabra y fe, es decir, de los actos y las relaciones personales, la Iglesia es la comunidad oculta, pero real, de los santificados y justificados: ecdesia abscondita (WA 5,47) o eccle-sia invisibilis (WA 7,710). Este ocultamiento de la Iglesia tiene una estrecha conexión teológica con el ocultamiento de Dios en la cruz de Cristo. La Iglesia debe orientarse según el ejemplo de Cristo, que no apareció en poder y gloria, sino que se ha revelado en su divinidad en el ocultamiento de la pasión y de la cruz. la cristiandad es algo más que la simple suma externa de los creyentes. Es la communio sanctorum o la congregatio fidelium (BSLK 656), que se da a conocer a través de las notae ecclesiae; esto es, allí donde se anuncia la palabra, se administra el bautismo, se celebra la eucaristía, se confiesa la fe y se alaba a Dios, allí donde Dios envía servidores del ministerio de la proclamación, donde los fieles son atacados y sometidos a persecuciones exteriores y caminan por la senda de la cruz. Éstas serían las verdaderas notas características de la Iglesia católica y apostólica y no las instituciones externas. Desde este punto se entiende a la jerarquía eclesiástica como organización tan sólo de derecho humano. El sometimiento a las enseñanzas del papa y de los concilios vincularía la salvación a condicionamientos humanos externos, hasta el punto que el papa llegase a ser el  antiCristo.

Para Calvino el problema era el de la implantación del reino de Dios en el mundo.  afirma que la Iglesia es la comunidad de los elegidos para la bienaventuranza celeste (numerus praedestinatorum). Por otra parte, también entiende por Iglesia a los creyentes en Cristo diseminados por la tierra. Se les reconocería como tal comunidad en virtud de la palabra y los sacramentos como signos de la gracia. La fe sólo se refiere a la Iglesia invisible. No obstante, el cristiano está obligado a respetar la comunidad eclesial visible y a mantenerse en comunión con ella.

5. La definición de la Iglesia de la Contrarreforma de Roberto Bellarmino
             
 en el concilio de Trento, el cardenal Roberto Bellarmino (1542-1621) formuló una definición de la Iglesia que ha marcado profundamente la eclesiología católica hasta bien entrado el siglo xx. «La Iglesia es una comunidad de hombres que están unidos mediante la confesión de la bienaventurada fe y la participación en los mismos sacramentos, bajo la dirección de los legítimos pastores y, sobre todo, del representante de Cristo en la tierra, el pontífice romano» (Controv. 4,3,2). Bellarmino afirma que la Iglesia es una agrupación de personas «tan visible y palpable como  cualquier reino. Y la jerarquía eclesiástica es elemento constitutivo de su esencia de la Iglesia, ya que por su medio se ejerce el servicio de la salvación y se transmite la gracia sacramental.
6. La eclesiología bajo la influencia del deísmo y de las Iglesias nacionales
También las influencias de una concepción deísta de Dios y de la reducción de la religión a la moral (Kant)  provocaron modificaciones en la imagen de la Iglesia.  Una vez que el problema sobre el contenido de verdad del dogma pasó a un segundo plano, desplazado por el fomento de la tolerancia religiosa, por la indiferencia y por las posturas agnósticas, la Iglesia aparecía como una instancia educativa moral, que podía ponerse al servicio de los más altos fines del Estado (Iglesias nacionales). La Iglesia quedaba así inserta en el Estado como asociación cuya finalidad  es cooperar para alcanzar el bienestar en este mundo.  La lucha por la libertad de la Iglesia se libró bajo el lema de la sacíetas perfecta. Frente al Estado y la sociedad, la Iglesia estaría, como organización jerárquica, al servicio del destino sobrenatural del hombre; Por lo demás, se fundamentaba su estructura en la voluntad de su fundador histórico, por tal motivo, quien se somete en obediencia de fe a la autoridad eclesiástica, éste pertenece a la congregación visible de la Iglesia y tiene la garantía de alcanzar la salvación sobrenatural.
              

7. Nacimiento de una eclesiología teológica
 Johann Sebastian Drey (1777-1853) y Johann Adam Móhler (1796-1838) lograron llamar la atención sobre la necesidad de fudamentar la Iglesia en la encarnación y en el envío del Espíritu. Siguiendo la estela de Móhler y de la teología escolástica romana (G. Perrone, C. Passaglia, Cl. Schrader, J. B. Franzelin), Matthias Josef Scheeben (1835-1888) enseñó a contemplar de nuevo a la Iglesia como un misterio, en la que el hombre está llamado a participar viviendo la relación filial de Cristo al Padre. La Iglesia está fundamentada en el misterio de la encarnación y tiene necesidad del Espíritu como de su principio vital  o su alma permanente. Unido a esto, Las múltiples contribuciones de la exégesis, la Patrística y la liturgia y los impulsos procedentes de la teología ortodoxa y la protestante pusieron en marcha un movimiento eclesiológico que acabaría por desembocar en la constitución sobre la Iglesia Lumen gentium del II concilio Vaticano.

IV.  LA ECLESIOLOGIA SISTEMATICA
1. La Iglesia como sacramento de la comunión con el Dios trino
a) El origen de la Iglesia en la autocomunicación de Dios Padre
La Iglesia es en Cristo sacramento de la salvación del mundo, de acuerdo con su realidad interna y su forma de signo externa (LG 1). En cuanto a su origen y estructura, la Iglesia se deriva de la Trinidad económica y de la elección del pueblo de la alianza por Dios, Padre y origen de la historia de la salvación. En su curso histórico, está profundamente marcada por la vida y las obras, la muerte y la resurrección de Jesucristo. En él, el pueblo de Dios pasa a ser «cuerpo de Cristo». La esencia de la Iglesia se manifiesta a través de la realidad trinitaria y de la perspectiva historicosalvífica universal en tres conceptos básicos mutuamente relacionados entre sí:La Iglesia es el pueblo de Dios Padre (LG 2), como cuerpo de Cristo es la Iglesia del Hijo (LG 3) y Templo del Espíritu Santo (LG 4).
b) El origen de la Iglesia en Jesús de Nazaret
La Iglesia surge más bien como pueblo de Dios por él agrupado y nuevamente constituido en virtud de su actuación histórica de su hijo Jesucristo, por quien en su entrega en la cruz, funda la «nueva alianza en la sangre de Cristo» (Lc 22,20). A través de la comunión de vida con Jesús, la Iglesia se hace, «un cuerpo», llevando a ser de ésta la señal de su presencia eficaz en el mundo.
Una eclesiología fundamentada en  la Trinidad, de la encarnación y la voluntad del Jesus historico (LG 8,14) señala la solución teológica del viejo problema de cómo ha de entenderse la conexión entre la dimensión visible y la invisible de la Iglesia.  Esta unidad compleja está compuesta de elementos humanos y divinos.  
c) La presencia del Espíritu Santo en su Iglesia
Quiso el Señor santificar y salvar a los hombres no individualmente y aislados entre sí, sino constituir un pueblo que le conociera en la verdad y le sirviera santamente» (LG 9). La Iglesia como  pueblo ha sido elegido por Dios  como destinatario de un servicio específico en beneficio de toda la humanidad  (LG 9). Ella en  Cristo avanza  hasta llegar a la patria eterna  como meta final de todo ser humano, por y para lo cual  está henchida del Espíritu del Padre y del Hijo. En ella, los ministerios y carismas por los que se lleva a cabo las mas varidadas maneras de servio profetico, regio y sacerdotal,  tienen su unico origen  en el  en el Espiritu de Cristo (LG 13).
2. Las realizaciones básicas de la Iglesia.
La esencia sacramental de la Iglesia se articula en las tres realizaciones sacramentales básicas: El ministerio profético  en la martyria; El pueblo santo de Dios sabe que  se le ha confiado la tarea de anunciar el evangelio y de proclamar el reino de Dios a punto de llegar a la santidad, a través de su testimonio vivo y de la predicación expresa (LG 12). su infalibilidad se deriva del carácter sacramental de la martyria eclesial. El servicio salvífico sacerdotal  en la leiturgia;En la liturgia y en los sacramentos actualiza Cristo su salvación en las grandes acciones simbólicas de su Iglesia (LG 11; SC 2) y por ellas  ejerce su sacerdocio en la comunion de todos los miembros (LG 10). El servicio  regio  en la diakonia;La Iglesia no posee el dominio divino ni se identifica con el reino de Dios Pero está  al servicio de su implantación, el cual  se va instalando en el curso de la historia, para mostrar a Cristo  como Señor exaltado en espera de la consumación universal  (LG 1); por tanto  La Iglesia actúa siempre en favor del progreso de la humanidad  en la instauración de un orden social justo y acorde con la dignidad humana(GS 3).
3. La constitución sacramental-carismática de la Iglesia
a) La esencia sacramental de la Iglesia como origen de su constitución
La esencia de la Iglesia y la constitución en ella fundamentada no pueden captarse con las categorías del derecho natural o de la sociología. Su forma externa  surge más bien de su propia esencia sacramental: «Cristo estableció su Iglesia santa... como una trabazón visible ... dotada de órganos jerárquicos ...Esta Iglesia, constituida y ordenada en este mundo como una sociedad, permanece en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos en comunión con él» (LG 8), por tanto, son partede ella:los actos sacramentales,  el apostolado de los laicos y la jerarquía eclesiástica (obispo, presbiterio y los diáconos )
b) Los laicos como titulares de la misión sacramental de la Iglesia
Es laico todo creyente incorporado en virtud del sacramento del bautismo en el  de Cristo y unido a toda la Iglesia, pero a quien no se le ha encomendado un ministerio sacramental. Todo laico, se convierte en testigo e instrumento vivo de la misión de la misma Iglesia», tarea que le es  dada ya el bautismo y la confirmación (LG 33); por tanto, los fieles deben permitir que sus  pastores inserten en la misión global de la Iglesia sus servicios y sus carismas particulares, y a la vez,  se confía en que los fieles se sometan a la «diaconía» del ministerio pastoral de los obispos (LG 24), pues, ésta sumisión tiene su raíz y su origen en la misión sacramental de la Iglesia,  obediencia que se ha de  basar en motivaciones religiosas y espirituales (LG 25). de lo anterior  concluimos que la participación de los laicos en la iglesia tiene base sacramental (LG 30-38).
c) La jerarquía eclesiástica
La existencia de la jerarquía por derecho divino:
 la denominación de «jerarquía» (Pseudo-Dionisio Areopagita)designa el orden de los ministerios eclesiásticos.La «jerarquía» es el ministerio espiritual que se articula en los niveles del obispo, el presbítero y el diácono, que está inserto en la esencia sacramental de la Iglesia y actúa con la autoridad de Jesucristo. El autor de la eficacia espiritual del servicio eclesial es el Espíritu Santo.
 hay en esta Iglesia hombres instituidos por Dios Padre (ICor 12,28; Gal 1,1) o por el Señor exaltado (Gal 1,1; ICor 12,5) o por el Espíritu Santo (ICor 12,4; Act 20,28; ITim 4,14) para ejercer el ministerio pastoral de Cristo, respecto de los cuales se pide una especial capacitación y a quienes se exige una especial responsabilidad (ITim 5,17; Tit 1,5-9; Act 20,28
El ministerio del obispo/presbítero hunde sus raíces en el apostolado, y actuan como transmisores la palabra divina actúando con la autoridad y la misión de Jesús (cf. Me 3,14; 6,7) y  de toda la Iglesia.  A la vez son servidores de la palabra, presiden la comunidad, ejercen en nombre de Cristo el ministerio pastoral y garantizan la unidad de la Iglesia en la fe como elegidos y enviados de Cristo( Mc 3,14ss.). Su ministerio se fue configurando solo despues de la pascua para desempeñar su tarea tanto a nivel de las comunidades particulares como a nivel de la Iglesia en su conjunto (Didakhe, 15,Is.).
Pasado el tiempo ya, con  Ignacio de Antioquía, se percibe ya la distinción entre el ministerio de los obispos y el de los presbíteros. los obispos son pastores superiores de las Iglesias locales, que personifican todas las funciones básicas del ministerio de una manera originaria y unificadora. Su mediación  se da por «imposición de las manos y la oración» (Act 6,6; ÍTim 4,12; 2Tim 1,6;la Traditio apostólica de Hipólito de Roma). Los presbíteros son instituidos en su ministerio por el obispo mediante la imposición de las manos y la oración, «para que asista a tu pueblo y le dirija con corazón puro». El diácono es consagrado por el obispo « para servir al obispo y cumplir lo que éste le encomiende».
En conclusion, La existencia de la jerarquía eclesiástica y su articulación en los ministerios de obispo, presbítero y diácono son parte constitutiva de la esencia sacramental de la Iglesia. Esta doctrina sobre la jerarquia de la iglesia  posteriormente es respaldada por Trento(DH 1776), y por el II concilio Vaticano en la constitucion Lumen Gentium (LG20, 28).

 El episcopado
Por episcopado se entiende, de una parte, el ministerio episcopal como sacramento  y, de otra, el colegio de los obispos de la Iglesia universal formado a través de este  sacramento. En este colegio de obispos se continúa el colegio apostólico, dado que los obispos ejercen en virtud del Espíritu Santo el ministerio de maestros, pastores y sacerdotes propio de los apóstoles (LG 28).
El episcopado es un ministerio instituido por Dios en la Iglesia para siempre (LG 18). Los «obispos, puestos por el Espíritu Santo» (Act 20,28), rigen y gobiernan la grey de Cristo en nombre de Dios (LG 19). En la consagración sacramental, los obispos en forma eminente y visible hacen las veces de Cristo, (LG 21). Son «vicarios y legados de Cristo» en el ejercicio de su ministerio (LG 27). La consagración inserta al obispo, simbolicamente, en el colegio episcopal y le transfiere una responsabilidad por la unica Iglesia católica y universal que consiste en la communio ecclesiarum. Cada obispo es, en su Iglesia local, el «principio y el fundamento visible de la anidad» (LG 23). «Cuando enseñan en comunión con el Romano Pontífice, deben ser respetados por todos como Los testigos de la verdad divina y católica» (LG 25).

El primado de la Iglesia y del obispo de Roma.
Teniendo en cuenta que el colegio episcopal está al servicio de la unidad de la Iglesia, es preciso que encierre en sí mismo el principio de su unión. Como la esencia interna del ministerio episcopal consiste en el testimonio personal, también el principio de unión y de unidad del episcopado se encarna, a su vez, en una persona.  este principio de unidad se da en el obispo de Roma, en cuanto sucesor de Pedro, este  reconocimiento es de derecho divino.
La doctrina del primado de los concilios Vaticano I y II  se argumenta a partir de la esencia sacramental de la Iglesia (LG 18; DH 3051; DHR 1822). Su fundamentación bíblica  esta en  la posición preeminente de Pedro en el seno de la comunidad prepascual de los discípulos y en la primitiva Iglesia. Su fe en la mesianidad y filiación divina de Jesús, por la que se hace la roca sobre la que se ha edificado la Iglesia como comunidad de fe. Por eso le compete la función de portavoz y el poder de atar y desatar ( Mt 18,18; 28,19). Se le confía la misión, después de su conversión en su encuentro con el Resucitado, de «confirmar en la fe a sus hermanos» (Lc 22,32) y de servir, como pastor universal, a la comunidad pospascual de los discípulos (Jn 21,15-19). Esta es una doctrina afirmada desde los Padres de la Iglesia. existen ciertos puntos de apoyo en la mas antigua tradición postapostólica que vinculan de una manera especial su apostolado con la Iglesia de Roma. La relación de esta Iglesia con las restantes está testificada la estancia en Roma de Pedro y Pablo y su martirio en esta ciudad.por eso en esta Iglesia está la cathedra Petri , ella  es la prima sedes  Ostenta la «presidencia en el amor» , es la ecclesia principalis.  tiene en la communio de la Iglesia una función de orientación, que no se puede ni obviar ni ignorar. Como su fundación se remonta a los apóstoles Pedro y Pablo, «con esta Iglesia deben concordar, a causa de su especial rango  todas las demás.

A partir del siglo III se descubre en los obispos romanos una clara conciencia de primado de esta iglesia en todas las cuestiones relativas a la fe eclesial y a la communio con la Iglesia católica. El hecho de que el obispo de Roma represente a la Iglesia universal y a la unidad del episcopado le otorga una especial participación en la indestructibilidad y la inerrancia (infalibilidad) de la Iglesia. En él adquieren estas características básicas de la Iglesia la capacidad de actuar de una manera autonóma, como consecuencia de una especial potestad de Cristo.

 Son también importantes documentos doctrinales en favor del primado:
La Carta a los Patriarcas de Constantinopla de Inocencio III en 1119; La bula Unam sanctam de Bonifacio VIII, en 1302; La condena de los errores de Marsilio de Padua, por Juan XXII, en 1327; La Carta al Catolicón de los armenios de Clemente VI, en 1351;La encíclica Qui pluribus de Pío IX, en 1846;

El I concilio Vaticano sintetizó todo el precedente proceso evolutivo y definió dogmáticamente, en una solemne declaración conciliar, el primado del papa afirmando:Pedro, el primero de los apóstoles, fue instituido como cabeza visible de la Iglesia peregrina y militante; Por derecho divino, el primado de Pedro pasa a sus sucesores en la sede episcopal romana, haciendo del obispo de roma «verdadero vicario de Jesucristo» (DH 3058,3063); El posee el primado de jurisdicción pleno y supremo en todas las cuestiones relativas a la doctrina y la disciplina eclesiástica (DH 5064; LG 25); posee el carisma de la infalibilidad en las decisiones sobre materias de fe y costumbres  la cual  debe ser aceptada por la Iglesia universal como revelada por Dios (DH 3074; DHR 1839).
El II concilio Vaticano confirmó y desarrolló la «doctrina de la institución, perpetuidad, fuerza y razón de ser del sacro primado del Romano Pontífice y de su magisterio infalible» (LG 18) y puso asimismo en claro la naturaleza colegial de la jerarquía eclesiástica, en la que están inmediata y mutuamente referidos entre sí el primado y el episcopado (LG 22), basandose siempre en conceptos teológicos en el marco de una eclesiología de la communio y a partir de sus orígenes bíblicos y patrísticos. Al primado en la infalibilidad y la jurisdicción se le describe como «principio y fundamento de la unidad de la fe y de la comunión» (LG 18); ademas deja claro que el magisterio eclesial único de los obispos y del papa,  puede ejercerse de tres formas: en  concillo ecuménico (LG 22); en los sínodos provinciales, las conferencias episcopales, etc. (LG 22); y  por el papa solo (ex sese), y en virtud de su autoridad (LG 22,25).
4. La consumación escatológica de la Iglesia
En el Espíritu del Señor resucitado, la Iglesia se ha convertido en el sacramento salvífico universal del reino de Dios (LG 48). No es una asociación religiosa separada del mundo, sino señal e instrumento por medio del cual se realiza dinácamente, en el curso de la historia, la voluntad salvífica escatológica y universal de Dios en el horizonte del mundo y de los pueblos, con la mirada puesta en la revelación y la implantación definitiva de aquella voluntad salvífica en la nueva venida  de Cristo. En cuanto instrumento de la salvación llegará a su fin con la parusía de Cristo cuando llegue el reino de Dios y alcance su consumación la voluntad salvífica universal de Dios, se revelará el misterio de la Iglesia, que sólo puede captarse en la fe, como el Israel eterno, la ciudad santa, la nueva Jerusalén donde Él morará con ellos y ellos seran su pueblo»(Ap 21,3; cf. Ez 37,27; Jer 31,31).

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